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EXCAVADA EN VILLAJOYOSA UNA EXTRAORDINARIA NECRÓPOLIS DE MIL AÑOS DE DURACIÓN (s. VI a. C. a IV d. C.)

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Los trabajos de excavación arqueológica se han desarrollado desde el pasado mes de enero y se han llevado a cabo con extrema discreción dada la importancia de los hallazgos. El yacimiento es uno de los espacios funerarios más relevantes excavados en la provincia de Alicante, y pertenece a la gran necrópolis de Casetes, de más de 700 m de longitud, de la que ya se excavaron en el pasado otros sectores, como el de la plaza de la Creueta.

Se ha desarrollado bajo la dirección de Diego Ruiz y Amanda Marcos, de Vilamuseu (Red de Museos y Monumentos de Villajoyosa), con la participación de los becarios de Arqueología de Vilamuseu, Esther Berral y Humberto García, y más tarde Sheyla Sancho; de otros arqueólogos (Miguel Sánchez, Ana Charquero y Ana Martínez); de voluntarios de Vilamuseu (Antonio Sellés y Francisco Maciá) y de estudiantes y licenciados en prácticas de la Universidad de Alicante (Blanca Domínguez y Bernia Sanz) y la Becaria de Erasmus Mónica Kaminska , de Polonia; además de operarios de Servicios Técnicos del Ayuntamiento y los aportados por la empresa Josep Llorca Construcciones S. L. U. de Villajoyosa.

Se han excavado 150 tumbas, lo que convierte a este sector en el más numeroso excavado hasta la fecha en Villajoyosa. Al mismo tiempo, ha sido la excavación más difícil y compleja desarrollada nunca en el municipio, dado que las tumbas se cortaban unas a otras y se ha dado el caso de que en 2 m2 existían 5 tumbas superpuestas de diferentes épocas, dificilísimas de distinguir entre sí por ser simples fosas excavadas en tierra.

Las tumbas más antiguas se fechan en el s. VI a. C., la llamada Época Orientalizante, en la que la población indígena está bajo fuerte influencia fenicia y más tarde cartaginesa. Entre ellas destacan dos cámaras rectangulares, enlucidas y con bancos corridos en el fondo delimitando un crematorio que a la vez sirve de tumba. Alrededor de estas hay otras tumbas del mismo momento. Las tumbas de esta época han ofrecido ajuares de un interés excepcional: huevos completos de avestruz decorados; amuletos egiptizantes de piedra de talco (esteatita), como una hipopótama y un Ptah Pateco; un frasco de perfume de tipo egipcio tallado en alabastro (alabastrón); una plaquita de plata con inscripción fenicia; anillos, pendientes y pequeños collares de oro; y otras cerámicas feniciopúnicas como platos de pescado.

Otras tumbas se pueden fechar entre los s. V y IV, ya en época ibérica, entre ellas parte de un túmulo de piedra escalonado y otras numerosas tumbas que han arrojado piezas como un extraordinario guttus (vaso cerámico para aceites perfumados) en forma de pato, cuchillos afalcatados, lanzas de hierro, copas griegas, broches para ropa (fíbulas) o broches de cinturón de bronce.

Del Ibérico Final o época iberorromana han aparecido tumbas con las cenizas en vasos íberos llamados cálatos, con decoración pintada en rojo. En esta época se construyen muretes que delimitan recintos funerarios, espacios diferentes dentro de la necrópolis. 

El yacimiento sigue muy activo en el Alto Imperio romano, con enterramientos en ollas y un bebé enterrado en un ánfora, así como superficies rectangulares donde se queman y se entierran los huesos del difunto, junto a finas cerámicas y numerosos frascos de perfume de  vidrio romanos, algunos de ellos perfectamente conservados, así como monedas y otros objetos.

A partir del s. II d. C. y durante época tardorromana tenemos una decena de tumbas de inhumación, en las que los difuntos ya no se queman. Algunas de ellas son insólitas, como los restos de un individuo  que apareció con una argolla de hierro alrededor del cuello; y otras en las que se ve claramente que la fosa se fue abriendo para reutilizarla, y dentro aparecen una mujer con un niño y a los pies los restos recogidos de dos individuos más, que se habían amontonado en un extremo para hacer sitio a aquellos.

Otro de los hallazgos más importantes son tres calzadas: una de ellas, la principal, repavimentada en la segunda mitad del s. I d. C., probablemente coincidiendo con la concesión del estatuto de municipium a la ciudad romana de Allon (Villajoyosa) por el emperador Vespasiano en 73/74 d. C. y con la construcción de las termas monumentales de la calle Canalejas. En el lado este de la calzada se sitúan todas las tumbas. Esta calzada se asienta sobre otra muy antigua, que conectaba el puerto y la ciudad antigua de Villajoyosa con los valles de Alcoy. Este camino se convertiría con el tiempo en el Camino Real de Orxeta y desde el s. XVIII en el Camí del Peix, por el que se llevaba el pescado de la Vila al interior y por el que bajaban las telas y el papel de fumar de Alcoy para embarcar hacia América y Filipinas.

Los otros dos caminos son secundarios y conectan perpendicularmente con el anterior, formando parte de la centuriación o parcelario romano de Allon. Se podrían comparar con la urbanización de las calles que hoy en día forman un Plan Parcial como el que se está desarrollando precisamente junto a la excavación.

Por último, al oeste del camino se han excavado restos muy arrasados de un horno cerámico que pertenecía al cinturón industrial de época ibérica que rodeaba a la ciudad, a modo de nuestros actuales polígonos industriales, y anteriormente documentado también en otras excavaciones.  

La ingente cantidad de piezas bien conservadas y de altísimo interés pasa a enriquecer aún más los fondos de Vilamuseu, que posee una de las principales colecciones arqueológicas de la Comunidad Valenciana. El departamento de restauración de Vilamuseu ha sido crucial durante las labores de campo para extraer y trasladar las piezas más relevantes y delicadas de forma que no sufrieran daños, y ahora acomete su restauración, que durará varios años debido al elevado número de objetos musealizables.

La Concejalía de Patrimonio Histórico quiere agradecer a los vecinos la paciencia que han demostrado respetando la zona de excavación, así como a la Policía Municipal, a la Guardia Civil de Villajoyosa y a la Policía Autonómica su implicación en la vigilancia y protección del yacimiento mientras han durado las excavaciones. Vilamuseu, por su parte, quiere agradecer especialmente a los medios de comunicación y a la corporación municipal la discreción con que se han llevado durante meses estos hallazgos excepcionales.

Una vez desvelado el misterio, tras meses de incógnita para toda la población, la Concejalía de Patrimonio Histórico quiere compensar de alguna manera a los vecinos por su paciencia invitándolos a las visitas guiadas por arqueólogos del equipo científico que tendrán lugar el  martes 16 y miércoles 24 de junio a las 11 de la mañana y a las 7 de la tarde (acceso cerca de la entrada del museo de Chocolates Valor). 

Debajo del gran círculo central de la rotonda se va a conservar, bajo una capa de tierra muy espesa que impide su expolio,  buena parte de la necrópolis y la calzada, que en un futuro se podrán excavar y conservar in situ.

De las tumbas más relevantes se han extraído algunos elementos constructivos de interés y se ha hecho fotogrametría que permitirá una futura recreación física o virtual en 3D. Muy pocas tumbas han conservado la estructura exterior, y solo teníamos la fosa excavada en tierra o parte de ella. Muchas de las tumbas se han tenido que ir destruyendo con metodología arqueológica mientras se excavaban para poder excavar las que estaban en niveles inferiores, de manera que lo que se ve ahora mismo son fosas yuxtapuestas y cortadas entre sí de muchas épocas diferentes a la vez, difíciles de entender, que se explicarán durante las visitas guiadas


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