Esta pieza es excepcional en la Península Ibérica. Está hecha de arcilla arenosa (fayenza) y su superficie de vidriado verde, que representa el agua del río Nilo, apenas se conserva. Se fabricó hacia 600 a. C. en Sais, capital de Egipto en la dinastía XXVI. Contenía agua recogida el día de la crecida del Nilo, al comienzo del verano, que marcaba el año nuevo y se consideraba milagrosa. Fue traída por los fenicios y depositada en una tumba del cementerio de Casetes para favorecer la vida eterna del difunto.
Las inscripciones jeroglíficas dicen “¡Que el dios Ptah abra un feliz año a su dueño!” (izquierda) y “¡Que la diosa Neit dé vida y salud a su dueño!” (derecha). Ptah, “el Señor de la magia”, era un dios sanador; Neit, la “diosa madre” asistía a los muertos en el viaje al más allá y era la patrona de Sais. A cada lado del cuello hay un babuino, animal del dios Tot, el “Señor del tiempo”.